Theoria: An International Journal for Theory, History and Foundations of Science

Volume 31, Issue 2, May 2016

Alfred I. Tauber
Pages 207-224

Immunity in Context
Science and Society in Dialogue

According to immunology’s prevailing paradigm, immunity is based on self/nonself discrimination and thus requires a construction of identity. Two orientations vie for dominance: The original conception, conceived in the context of infectious diseases, regards the organism as insular and autonomous, an entity that requires defense of its borders. An alternate view places the organism firmly in its environment in which both benign and onerous encounters occur. On this latter relational account, active tolerance allows for cooperative relationships with other organisms in the larger ecological economy. These contending orientations —one derived from biomedicine and the other from the ecological sciences— have drawn the attention of social scientists and culture critics. On the one hand, feminists have portrayed immune theory as based upon borrowed social notions of identity that reflect male aggressive values and thus distort more balanced accounts of immunity; and, on the other hand, other commentary projects immune theory as a framework in which analysis of Western societies putatively reveals analogous patterns of ‘self’ and ‘other’ interactions, where autoimmunity and immunization are understood as expressions of the insular understanding of identity. Here, a meta-interpretation is presented that shows how these critiques place the immune self on a spectrum stretching from its formulation as an autonomous agent, a modernist conception of the independent individual, to a postmodern portrayal in which this conception of selfhood has been deconstructed. Accordingly, immunology is drawn into a wide-ranging debate about agency, where differing interpretations of immunity serves as a template in which competing understandings of human social intercourse is modeled. Según el paradigma dominante en inmunología, la inmunidad está basada en la discriminación entre yo/noyo y requiere, por tanto, una construcción de la identidad. Dos orientaciones compiten por dominar: la concepción original, concebida en el contexto de las enfermedades infecciosas contempla al organismo como aislado y autónomo, como una entidad que necesita defender sus fronteras. Una visión alternativa sitúa firmemente al organismo en su entorno, en el cual suceden tanto encuentros beneficiosos como costosos. En este enfoque relacional, la tolerancia activa permite relaciones cooperativas con otros organismos en una economía ecológica más amplia. Estas orientaciones en liza —una derivada de la biomedicina y otra de las ciencias ecológicas— han llamado la atención de los científicos sociales y de los críticos de la cultura. Por una parte, el feminismo ha descrito la teoría inmunológica como basada en nociones sociales prestadas de identidad que reflejan los valores agresivos del macho y que, de este modo, impiden una explicación más equilibrada de la inmunidad. Por otra parte, otro comentario proyecta la teoría inmunológica como un marco en el que el análisis de las sociedades occidentales revela aparentemente patrones análogos de interacciones ‘yo’ y ‘otros’, en las que la autoinmunidad y la inmunización son entendidas como expresiones de la comprensión insular de la identidad. Se ofrece aquí una meta-representación que muestra cómo estas críticas sitúan al yo inmune en un espectro que va desde su formulación cómo un agente autónomo, una concepción modernista del individuo independiente, a una visión postmoderna en la que esta concepción de la identidad ha sido deconstruida. De acuerdo con esto, la inmunología recoge un amplio debate sobre la agencia en el que diferentes interpretaciones de la inmunidad sirven como molde en el que se modelan comprensiones competidoras de la comprensión de las relaciones sociales humanas.