Environmental Ethics

Volume 30, Issue Supplement, Otoño 2008

Integrando las Ciencias Ecológicas y la Ética Ambiental en la Conservación Biocultural de los Ecosistemas Templados Subantárticos de Sudamérica

Ricardo Rozzi, Ximena Arango, Francisca Massardo, Christopher Anderson, Kurt Heidinger, Kelli Moses
Pages 115-128

Filosofía Ambiental de Campo y Conservación Biocultural
El Programa Educativo del Parque Etnobotánico Omora

Los hábitats (dónde vivimos), los hábitos (cómo vivimos) y los habitantes (quiénes somos) constituyen una unidad ética a la vez que ecosistémica. Sin embargo, los hábitats son usualmente estudiados por ecólogos, en cambio, los hábitos por filósofos y otras disciplinas sociales. Con el fin de superar esta disociación, iniciamos un programa transdisciplinario de campo coordinado por ecólogos y filósofos ambientales, que ensaya una visión más integral de los habitantes embebidos en sus hábitats y hábitos en la ecorregión subantártica de Sudamérica. La biosfera puede ser concebida como un reticulado mosaico de unidades hábitats-hábitos-habitantes, donde los humanos han co-evolucionado con sus lenguas indígenas, sus prácticas y conocimientos ecológicos. Este mosaico está siendo hoy destruido por la imposición de un único modelo económico-cultural globalizado. Un segundo objetivo de nuestro programa transdisciplinario es contribuir a la conservación de la diversidad bio-cultural, especialmente en la ecorregión subantártica. En Cabo de Hornos, en el extremo sur de América, encontramos que los educadores, las autoridades y los tomadores de decisiones conocen poco acerca de los hábitats, las lenguas y la flora nativa. En contraste, los miembros de la Comunidad Indígena Yagán y los residentes antiguos poseen un conocimiento detallado acerca de la diversidad biológica y cultural nativa; sin embargo, ellos participan poco en la toma de decisiones y en el sistema de educación formal. Para ayudar a superar esta disociación entre los hábitats-hábitos-habitantes de Cabo de Hornos y aquellos promovidos por la “sociedad global”, en 1999 comenzamos el programa de educación, investigación y conservación biocultural del Parque Etnobotánico Omora que involucra tres etapas críticas: (1) descubrimiento de la diversidad biocultural con una aproximación de “filtro fino” que permite la detección de niveles de diversidad cultural y biológica usualmente omitidos por conceptos generales universalizantes, tales como amerindio versus eurocéntrico o conocimiento ecológico local versus global; (2) encuentros directos “cara a cara” con los co-habitantes humanos y no-humanos en sus hábitats nativos, a través de los cuales la diversidad biocultural deja de ser sólo un concepto o indicador numérico y comienza a ser una experiencia de co-habitación; y (3) actividades de educación y conservación. Estos pasos han sido implementados a escala local, regional e internacional a través de la creación de la Reserva de Biosfera Cabo de Hornos, nominada por UNESCO el 2005, y el establecimiento del Programa de Conservación Biocultural Subantártica, coordinado por la Universidad de Magallanes, el Instituto de Ecología y Biodiversidad de Chile y la University of North Texas.